Resulta que hay otra burocracia enlo que al alquiler de viviendas se refiere, algo que por supuesto no sabíamos yalgo con lo que rápidamente nos dimos cuenta que iba a ser una barrera paranosotros, puesto que al no haber alquilado anteriormente (vamos nunca) no teníamosesos papeles que nos dan una fiabilidad de que somos buenos inquilinos. Así quesin papeles y sin idioma lo llevábamos claro.
Además para nuestra sorpresa aquílas visitas son colectivas, y cuando digo colectivas digo a 15 personas metidasen un espacio reducido luchando por poder pagar, vamos lo nunca visto. Hemospasado de ese espíritu de escaqueo, rebaja o si eso el ultimo mes no pago, apegarnos por pagar, si hace falta comisión, si hace falta pinto, si hace faltapongo yo el suelo…. Ah! Y las casas totalmente vacías!! Yo es que entraba por lapuerta y me daban ganas de salir corriendo, ahí un montón de tip@s midiendo,entregando carpetas, rellenando formularios, poniendo lo que cobran… claro, ytodos con un perfecto alemán! Era una especie de desesperación asumida, porquetenia asumido que éramos siempre o casi siempre los últimos en la lista.
Después de todo nuestra prisaempezaba a ser relativa, ya que mi madre como una buena madre me saca contactosde debajo de las piedras. Total, que acabamos realquilados en un piso vacío conuna cama y 4 platos y vasos por 3 semanas máximo. El piso era perfecto paranosotros, dos habitaciones, ático, terraza… la pega: iba a ser vendido!
Así que la desesperación se había convertido en resignación que tenía fecha de caducidad.
No comments:
Post a Comment