Friday, November 8, 2013

Cumpleaños en Berlin...

ALLES  GUTE!!!

 Hoy hago una reflexión de lo que ha supuesto este cumpleaños para mi. Ha sido mi primer cumpleaños sin mi familia. Como a muchos de los que estamos lejos, este es un día que todo tememos.

En mi familia solemos presentarnos todo en casa del cumplañero. Todos los que podemos allí que vamos a pasarlo pipa! Así que viendo la que se me venía encima estaba ya en modo mohíno semanas antes. Sabía que esta era una nueva etapa en la vida que no sólo tiene que ver con vivir lejos, sino también con crecer, ser independiente y madurar. Pero de todas maneras no estaba preparada. No iban a estar mis primos, ni mis tíos, ni mi abue, ni hermano y ni mi padres.... Se me hacia cuesta arriba llegar hasta el día de D. No paraje de quejarme por las esquinas y de recordarle a todo el mundo lo triste que estaba y lo sola que me sentía. Aunque en realidad no estaba tan sola pues tenía a mis recién estrenado Man conmigo y la fiesta con amigos tampoco era un mal plan al fin y al cabo. Pero el caso que es que seguía pensando en los sándwich vegetales, las patatas de la Azucena y la tarta de galletas y chocolate de mi mami.

Sin darme cuenta me llego una carta cuya caligrafía me soñaba, pero sin caer en la cuenta de lo que era, abrí lo que sería la primera felicitación de mis padres y mi hermano que jamás antes había recibido. Me felicitaban en la distancia. No puede evitar llorar, por sentirme lejos, por mucho que el Skype nos acerque. Por sentirme, a veces, sola sin mi familia, que me falta algo que no puedo recuperar ni encontrar por más que lo busco.

Me gusto recibirla y a la vez lo aborrecí por hacerme caer en la cuenta de que estaba fuera, lejos y que ni llamadas, ni mensajes, ni tarjeta, podrían suplir esas mañanas en las que te levantabas y un simple felicidades, un beso o un tirón de orejas iban a convertir a lo más cotidiano a lo más normal de mundo en un tesoro, en algo irrepetible, algo con lo que soñar y que la distancia por más que te empeñes lo hace imposible.

Ha sido difícil pero ese día pasó y paso muy rápido. Entre limpiar, recoger y cocinar llegó la noche y la hora de celebrar el cumpleaños.

También entendí lo que debían sentir mis padres cuando lo tenían que prepara todo para celebrar un cumpleaños o sea lo mismo que yo agotamiento.

Con los amigos llegaron las risas, corrió el vino y después desde por lo menos los 15 años, edad en la que deje de invitar a mis amiguitos a casa, volví a recibir regalos! Me sentía un poco como un niño con zapatos nuevos.

Me faltaron cosas y tuve otras buenas. Como diría un grande todo depende del cristal de ojo con el que se mira. A veces estas situaciones no hacer ser fuertes crecer y madurar, pero aún así son cosas que no podemos elegir y por ello nos sentimos impotentes.
 




Así que todo mi amor para todos los que están lejos y otro tanto para todos los nuevos que están cerca, que poco a poco van conformando la familia que vamos creando solos paso a paso.




Un beso muy fuerte, y buenas noches!

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