La aventura se inicia con un grupo
de españolitos dispuestos a hacer lo que se para embarcase en la empresa
alemana y tener un futuro, nunca mejor dicho, de expectativas y de eso precisamente,
de futuro.
Cuando llegamos a Bremen éramos
unos 20, de los cuales actualmente solo quedamos 14, 3 en Berlin, 1 en
Karlsruhe y el resto permanece en Bremen. Los que volvieron lo hicieron casi
todos porque encontraron trabajo en España y otros por la falta del mismo en
Bremen.
Al principio estaba un poco
descolocada… no es que fuera precisamente la primera vez que viajaba fuera a
aprender un idioma, pero esto era diferente éramos un grupo, un grupo de españoles
todos juntitos. Las clases se hacían al estilo español: te las pasabas rajando
en clase, luego la vida paso a ser al modo español, café va, café viene, salida
un martes, un miércoles… algunos se lo podían permitir y otros no tanto. Viajes,
fiesta… y yo tenía muy claro a lo que había venido: a buscar curro.
Si me pegaba al movimiento Erasmus
(y digo eso por decir porque ninguno estábamos ya en edad universitaria)
estabas perdido, económicamente hablando claro. EL cash se iba gastando y
sorpresa! No admiten en casi ningún sitio tarjeta. Para que quiero una moneda única
sino puedo pagar!!
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