Friday, August 2, 2013

Pongamos que hablo de...

...Alexander Platz ...

 

 Centro de ebullición de la ciudad, cruce de caminos, zona de quedadas, donde se da lo mejor y lo peor de cada casa.

Al poco tiempo de llegar mataron a un chico de una paliza, al día siguiente a las 6:00 de la mañana pasaba yo por allí de camino al trabajo. La noticia me impactó, no sé porque falsa idea me pensaba que esas cosas aquí no pasaban, y menos donde hay tanta gente. Pero esta plaza, exterior, e interior, este mega intercambiador da para todo.

Ya sabiendo que después se han sucedido más altercados en esta estación, me queda claro que no es muy segura. Así que por la mañana suelo ir ojo avizor porque más que nada allí hay cuatro gatos de camino al trabajo y algún que otro fiestero de camino a casa o a donde le lleve el metro!


El intercambiador es como mi segunda casa, paso por allí mínimo dos veces al día y las rutinas hacen que nos vayamos conociendo. El que se sube en la misma estación que yo, la de la mochila, el de los cascos azules, el albañil… Todo se hace sospechosamente cercano aunque apenas compartamos un hola.


Hay una cosa peculiar que odio de esta parada, y llámame rara si quieres pero son muy mía con este tema, que mal huele!! Ahí, donde McDonalds se junta con Nord See, con un japo, un chino y yo que sé, que peste! Ese olor a aceite de motor requetecalentado no hay quien lo soporte. Si ya por la mañana a comienzo de apertura huele fatal, imagínate luego por la tarde, cuando esta eso a pleno rendimiento… vamos que sólo me permito comer en lo chiringuitos que no tienen cocina… Sal a la calle afuera que hay lo mismo y no huele así!


No solo nos damos allí cita los que enlazamos de un transporte a otro, sino también es el punto de encuentro de los chavales. Cada uno tiene su rincón: los modernillos cerca de las escaleras de Regio, los Emo en las escaleras de bajada al metro… siempre cada viernes, los mismos en los mismos sitios. Todos ellos rodeados de esa música que viene desde el exterior, en directo por supuesto, de los mil que tocan en las inmediaciones de la estación. Vamos que te entra un buen rollito de viernes que te comes el fin de semana!!!

Ahora que es verano aparece una nueva especie en el intercambiador: el mendigo temporal. Y es como docenas de personas que todos los días salen fiesta y se quedan “tirados” por el suelo durmiendo a la espera de… no se qué! No lo entiendo muy bien pues el metro funciona toda la noche y Berlin en verano como aquel que dice no duerme! El caso es que hay que ir esquivando cuerpos tumbados por el suelo, las escaleras…


Todo en esta estación es temporal y va cambiando de cuando en cuando: la gente, los puestos de comida, las tiendas, la música… solo el gran monstruo que es la estación permanece inmutable al tiempo, haciendo de la ciudad una estampa gris y vintage en invierno y una chicharrera llena de turistas en verano! Con todo eso: te queremos Alex!
 

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